Guatemala es un país en
el que la mayoría de sus pobladores son indígenas, y muchos de ellos descienden
de diferentes etnias mayas. Las influencias de los mayas y de los colonos
españoles aún se pueden apreciar por todo el país, incluso muchas de sus ropas
se confeccionan siguiendo los cánones de la cultura maya. La economía de
Guatemala se sostenta en la agricultura, y en gran parte se refleja en la
gastronomía de este país con la presencia del plátano que destaca intensamente
en su cocina, al igual que el frijol, el maíz, el azúcar o el café.
En este país
centroamericano se puede disfrutar de un clima templado durante todo el año, y
por este motivo se le conoce como “El país de la eterna primavera”. Bajo un
clima cálido tropical se pueden apreciar sus dos litorales, uno frente al Mar
Caribe y otro hacia el Pacífico y a excepción de estas zonas, Guatemala es en
su mayoría un país montañoso, lleno de actividad volcánica.
El encanto de las
selvas y los lagos
Guatemala posee una de
las principales selvas tropicales de Centro América, concretamente en la zona
de El Petén, el departamento más extenso de Guatemala. En Petén existe una
inmensa variedad de especies animales y en ella aún se conservan reliquias
arqueológicas. Ciudad Flores, la capital petenera, es una bella isla situada en
el lago Petén Itzá, hoy en día cuenta con numerosos hoteles, tiendas de
artesanía y lugares de interés turístico por lo que resulta un buen punto de
partida para conocer la región de El Petén.
Cerca de la costa
caribeña de Guatemala se sitúa el departamento de Izabal. Esta región goza de
los maravillosos paisajes que ofrece el famoso Río Dulce y el gran Lago de
Izabal, el más grande del país. Sus aguas albergan una gran variedad de peces,
cocodrilos y lagartos, y sus orillas están repletas de garzas, aves acuáticas y
mamíferos diversos.
El maíz, un alimento
símbólico
Los platos que componen
la gastronomía guatemalteca se asemejan a la cocina mexicana, con la diferencia
que utilizan mucho más el frijol y el maíz y los sabores son menos picantes.
Dos de los mayores atractivos de la cocina guatemalteca, son precisamente los
característicos sabores que proporcionan las especias y la variedad de colores
que presentan sus platos.
Concretamente, el maíz
goza de gran importancia en la gastronomía de este país ya que está vinculado a
su identidad histórica y étnica. La presencia del maíz en sus platos ha estado
durante siglos relacionado con los ritos que se llevaban a cabo antiguamente.
En la cocina guatemalteca muchas de sus recetas se elaboran con maíz como
ingrediente base como tortillas, tamalitos, tamales, tacos, enchiladas o
chuchitos. Aunque serían innumerables la gran variedad y cantidad de frijoles,
moles y muchos platillos más de origen maya.
Los platillos fuertes
En la cocina
guatemalteca, un “platillo” -así es como denominan a lo que nosotros llamamos
platos- que casi siempre está presente a pesar de las altas temperaturas del
ambiente, es la sopa, que se degusta generalmente muy caliente y sirve como
entrada de otros platillos más fuertes. Los ingredientes básicos de estos
platos suelen ser la carne, el queso, las tortillas de maíz, el aguacate o el
arroz. Entre las carnes que forman parte de su cocina están los filetes de vaca
o bistecs, el pollo asado, el chompipe -es como llaman al pavo-, las chuletas
de cerdo y la carne de otros animales salvajes como el venado o la iguana.
Conforme uno se aproxima hacia las zonas costeras, se encuentra con la
oportunidad de probar deliciosos pescados y mariscos frescos.
Si al viajero le gustan
los sabores pronunciados y los contrastes de sabor y aroma, la comida
guatemalteca típica le resultará placentera, ya que la mayoría de sus platos
van aromatizados de diferentes especias, entre las que se destacan los chiles,
el orégano, la pimienta, el laurel, el perejil y la hierbabuena. Una
combinación acertada de especias y hierbas aromáticas explica el típico sabor
de la cocina más tradicional.
Los dulces postres
Algunos de los postres
que se ofrecen en Guatemala son los buñuelos, el arroz con leche y canela, los
molletes con miel -panes con huevos, azúcar, crema y pasas-, los platanitos en
mole y las quesadillas. Sin embargo, el país recoge una gran variedad de
postres elaborados con frutas variadas como dátiles, coco, naranja, papaya,
guayaba, higo, lima, mango, piña, plátano o uva, entre otras. Un ejemplo de
este tipo de preparaciones son las torrejas, un postre de papaya endulzada y
pasas.
Bebidas para todos los
gustos
Las frutas son los
alimentos que más juego dan a la hora de elaborar muchas de las bebidas que se
consumen en Guatemala. El resultado es un zumo cien por cien natural, fresco,
con un colorido único y un sabor extraordinario. Igual de refrescantes son las
bebidas a base de agua fresca preparadas con limón, naranja o papaya. Otra
alternativa que no puede dejarse escapar durante la estancia en este país son
los deliciosos batidos elaborados con leche y fruta y a los que a veces se les
añade incluso huevo, hielo y vainilla.
Algunas de las bebidas
populares que ofrece Guatemala tienen nombres muy sugerentes como la rosa de
jamaica- mezcla de limón y aguas carbonatadas-, y otras, nombres curiosos que
no dan pie a identificar los ingredientes del líquido, como el rompopó -bebida
con leche, ron y frutas variadas-, o el ponche -piña, pasas, ciruela pasa,
manzana y canela-.
Y para finalizar una
comida guatemalteca, una tacita de café, nunca faltará en sus mesas. Es muy
apreciado por su color oscuro y su aroma penetrante